Un análisis del consumo eléctrico en Argentina durante agosto de 2025, combinando datos oficiales de CAMMESA con el análisis por actividad de Energía Verde.
1. Introducción
Comprender cómo se distribuye el consumo eléctrico en Argentina es clave para interpretar el pulso de la economía, anticipar decisiones de política energética y comprender las particularidades regionales. En agosto de 2025, la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (CAMMESA) publicó su informe habitual sobre demanda eléctrica, y junto al análisis sectorial realizado por Energía Verde, podemos profundizar en la relación entre consumo y actividad productiva.
Los principales hallazgos son llamativos:
- El Gran Buenos Aires (GBA) sigue liderando la demanda con aproximadamente 39,7 % del total nacional, aunque con una caída interanual de –5,0 %.
- La Patagonia exhibe una baja mensual intensa (–13,6 %), pero es la única región con crecimiento positivo en su promedio móvil anual (+2,3 %).
- Desde el enfoque sectorial, Energía Verde señala que el consumo del sector “Alimentación, Comercio y Servicios” creció un 1,2 % interanual, mientras que dentro de la industria los resultados son heterogéneos: aparece crecimiento en siderurgia y minerales, pero caída en textil y automotriz.
Esta combinación de perspectiva regional y sectorial permite un análisis más fino de qué provincias consumen más energía, por qué lo hacen y qué tendencias apuntan hacia el futuro.
2. Radiografía del consumo eléctrico regional (agosto 2025)
Según el informe de CAMMESA para agosto de 2025, la demanda nacional promedio fue de 15.752 MW medios. El desglose regional aproximado es el siguiente:
- Gran Buenos Aires (GBA): 6.253 MW (39,7 % del total nacional)
- Provincia de Buenos Aires (interior): 2.236 MW (14,2 %)
- Centro: 1.703 MW (10,8 %)
- Comahue: 964 MW (6,1 %)
- NOA: 935 MW (5,9 %)
- NEA: 1.224 MW (7,8 %)
- Patagonia: 924 MW (5,9 %)
- Litoral: 1.513 MW (9,6 %)
Las variaciones interanuales (agosto 2024 vs agosto 2025) muestran:
- GBA: –5,0 %
- Patagonia: –13,6 %
- Provincia de Buenos Aires (interior): +1,3 %
- Centro: –0,8 %
- Litoral: –2,2 %
- Comahue: –7,0 %
Estas diferencias regionales reflejan no solo condiciones climáticas, sino también estructuras productivas y dinámicas locales de crecimiento o estancamiento.
3. El caso del Gran Buenos Aires: mucho consumo, pero con caída
El Gran Buenos Aires concentra una parte sustancial del consumo eléctrico del país. Motivos:
- Alta densidad poblacional
- Gran concentración de comercios, oficinas y servicios
- Núcleo de industrias y empresas que demandan electricidad
En agosto de 2025:
- Consumo total: 6.253 MW (39,7 % del total nacional)
- Caída interanual: –5,0 %
- Consumo residencial: –7,6 % (una de las bajas más fuertes entre los sectores)
¿Por qué esta caída?
- Temperaturas superiores al promedio histórico: agosto fue más templado que lo normal, lo que reduce la demanda de calefacción.
- Menor consumo comercial / de oficinas y servicios debido a condiciones económicas que pueden haber afectado la actividad urbana.
- Mayor eficiencia y conciencia energética, con equipos más modernos o ajustes en el uso diario.
Este escenario cuestiona hasta qué punto la caída del consumo es síntoma de crisis, optimización o una combinación de ambos.
4. El fenómeno contradictorio de la Patagonia: caída mensual vs crecimiento estructural
La región Patagonia presenta una dinámica singular:
- En agosto de 2025, su caída interanual fue de –13,6 %, una de las más pronunciadas.
- Pero, al considerar el promedio móvil anual, es la única región con crecimiento: +2,3 %.
¿Qué puede explicar este contraste?
- Crecimiento poblacional y desarrollo urbano en ciudades como Neuquén, Río Gallegos o Bariloche, que demanda más energía en usos residenciales, comerciales e industriales.
- Nuevos proyectos industriales o mineros (especialmente grandes usuarios del sector energético) que impulsan la demanda en el largo plazo.
- Expansión de la electrificación rural y mejoras en redes de distribución en zonas remotas.
La fuerte baja mensual puede obedecer a temperaturas más suaves, que reduzcan el uso de calefacción, y a la alta sensibilidad térmica de la región.
Este contraste posiciona a la Patagonia como una región de oportunidad para nuevas inversiones en generación y proyectos renovables.
5. Perspectiva sectorial: lo que dicen los datos
Para complementar la visión regional, es valioso desagregar la demanda eléctrica por rama de actividad.
A grandes rasgos:
- Demanda del sector industrial + servicios (sin Aluar): +0,2 % interanual
- Al incluir Aluar, el total agregadamente cae –3,3 %, subrayando el peso que tiene un gran consumidor individual dentro de la estadística general.
- Alimentación, Comercio y Servicios fue uno de los sectores más dinámicos, con un aumento del 1,2 % interanual. Este grupo alcanzó 1.590 MW frente a 1.570 MW del año anterior.
Dentro del sector industrial:
- Siderurgia creció un 6,9 %
- Minerales / minería experimentó un salto del 26,1 % interanual
- En cambio, industria automotriz cayó 4,7 %, y la textil se contrajo un 10,6 %
- Otros sectores, como productos metálicos (no automotores) y madera/papel, también mostraron retrocesos moderados
Un dato adicional llamativo: Aluar, el mayor consumidor eléctrico individual del país, registró una caída del 26,6 % en su demanda comparado con agosto de 2024. Su peso en el total global es tal que su comportamiento tiende a distorsionar las cifras agregadas.
En términos acumulados (enero-agosto 2025 vs mismo período en 2024):
- Sin incluir a Aluar: crecimiento de 0,6 %
- Con Aluar: ligera caída de –0,3 %
Finalmente, la correlación entre demanda eléctrica e Índice de Producción Industrial (IPI) alcanza un R² de 0,91, lo que sugiere que la demanda funciona como un indicador adelantado bastante confiable del desempeño industrial.
¿Qué aporta este enfoque?
- Nos permite ver no solo cuánta energía se consume en cada región, sino qué tipo de actividades la demandan.
- Revela que el crecimiento del consumo no es homogéneo: hay sectores “motorizados” que tiran de la demanda general, mientras que otros se retraen.
- Permite ajustar políticas energéticas sectoriales: por ejemplo, incentivar inversiones en minería o siderurgia en provincias con potencial, o diseñar estímulos para reconvertir industrias en declive.
6. Factores comunes y diferencias que explican la demanda regional y sectorial
Integrando los enfoques regionales y sectoriales, podemos ver cómo distintos factores se combinan para moldear el consumo eléctrico.
1. Clima y estacionalidad
Las temperaturas determinan en gran parte el uso de calefacción o aire acondicionado. En agosto 2025, el clima más templado en muchas regiones moderó la demanda térmica, afectando especialmente al consumo residencial.
2. Estructura económica regional
Algunas provincias tienen economías dominadas por sectores de alta intensidad energética (minería, industria pesada) mientras otras se basan en servicios o agricultura, que demandan menos electricidad por unidad de actividad.
3. Grandes usuarios industriales
La presencia de GUMAs (Grandes Usuarios del Mercado Mayorista) o industrias como Aluar puede inclinar fuertemente el consumo total de una región. Su comportamiento puede opacar la tendencia promedio.
4. Densidad urbana y crecimiento poblacional
Las zonas de alta densidad concentran muchas viviendas, comercios y servicios, lo que multiplica la demanda per cápita. En cambio, regiones dispersas tienen menor demanda “urbana”.
5. Tecnología, infraestructura y eficiencia
Regiones con redes modernas, medidores inteligentes y programas de eficiencia energética tienden a contener crecimientos explosivos, pero también a estabilizar consumos.
6. Politicas energéticas y subsidios
Las tarifas y subsidios locales pueden estimular o desalentar el consumo, sobre todo en residencias y comercios. Ajustes tarifarios tienen impacto directo en las decisiones de uso energético.
7. Factores coyunturales
Hoy la economía argentina enfrenta inflación, restricciones importadoras, costos energéticos elevados y logísticos rígidos. Estos elementos juegan un papel transversal en todas las regiones y sectores.
7. Implicancias para la planificación energética y políticas públicas
Una visión combinada —regional + sectorial— abre caminos de intervención más precisos.
a) Subsidios con orientación inteligente
No basta con aplicar subsidios generalizados. Es clave segmentarlos teniendo en cuenta el clima local, la densidad poblacional y la estructura productiva. Las provincias con bajo consumo per cápita podrían necesitar mayor apoyo, mientras que regiones intensivas deben avanzar hacia tarifas más eficientes.
b) Promover energías renovables regionales
Dónde haya potencial solar, eólico o hidroeléctrico (Cuyo, Comahue, Patagonia, Norte), se debe priorizar la generación local para abastecer el crecimiento y evitar cuellos de botella.
c) Inversión en redes eléctricas y ampliación de cobertura
Las zonas en ascenso poblacional requieren anticiparse con estaciones transformadoras, líneas de media y baja tensión y mejoras en la infraestructura.
d) Políticas sectoriales de reconversión
Ante la caída en industrias como textil o automotriz, puede promoverse su reconversión mediante incentivos a procesos menos intensivos o con tecnologías limpias. Al mismo tiempo, sectores en alza como minería o siderurgia pueden potenciarse con estrategias sustentables.
e) Monitoreo y análisis en tiempo real
La correlación entre demanda eléctrica y producción industrial (R² ≈ 0,91) muestra que los datos de consumo pueden usarse como herramienta adelantada de política económica. Emergencias, crisis o repuntes se reflejan rápidamente en la demanda. energiaverde.com.ar
f) Sostenibilidad social
No se debe perder de vista el acceso equitativo a la energía. En regiones remotas o de baja densidad, la planificación energética tiene que contemplar la inclusión social y evitar desigualdades.
8. Conclusiones con mirada integrada
La combinación de los datos regionales de CAMMESA con el análisis sectorial de Energía Verde permite obtener una lectura más rica y estratégica del consumo eléctrico en Argentina:
- El Gran Buenos Aires sigue como líder absoluto en demanda, aunque en descenso, probablemente por factores climáticos, eficiencia y desaceleración económica.
- La Patagonia, a pesar de una caída puntual, es quizá la región con mayor potencial estructural, con crecimiento acumulado anual y expansión de proyectos energéticos.
- Desde la perspectiva sectorial, actividades como alimentación, comercio y servicios muestran dinamismo, mientras que industrias tradicionales como la textil o automotriz acusan dificultades.
- El peso de un usuario individual como Aluar es tan significativo que puede invertir las tendencias globales del consumo agregado.
- La correlación entre demanda eléctrica e industria (R² ≈ 0,91) refuerza la utilidad del consumo como indicador adelantado de la economía.
Con esta mirada dual —regiones + actividades— las autoridades, empresas y planificadores cuentan con información valiosa para definir tarifas, subsidios, inversiones y estrategia energética nacional.